El miércoles pasado miles de automovilistas repletaron las bencineras de las principales ciudades del país debido a la viralización de mensaje de Whatsapp que alertaba sobre un posible desabastecimiento de combustible, debido a una huelga.

¿Debe llamarnos la atención este fenómeno sociológico – comunicacional? La verdad es que no, ya que corresponde a lo que se conoce como un efecto hipodérmico, que fue descrito por la Investigación en Comunicación hace más de 60 años.

copec-twLa Teoría Hipodérmica o Balazo Mágico (como también es conocida) fue desarrolla por Harold Lasswell. Afirma que los medios de comunicación pueden ser utilizados para manipular a los ciudadanos para que adhieran a un plan político. El efecto hipodérmico o balazo mágico se produciría cuando un mensaje que es transmitido por los medios de comunicación tiene un efecto casi inmediato y de gran repercusión en la opinión pública.

Uno de los ejemplos más clásicos del efecto hipodérmico   fue la transmisión de  La Guerra de los Mundos por parte de Orson Welles en los Estados Unidos en 1938. El radioteatro causó pánico en la población, al punto que muchas personas creyeron que se trataba de la transmisión de un hecho real. Suicidios, evacuaciones y ciudadanos que salieron a enfrentar a los marcianos fueron algunas de las consecuencias de la obra de Orson Wells.

Estudios posteriores pusieron en contradicho  esta teoría debido a que le otorgaba un poder casi infinito a los medios de comunicación frente a las audiencias. A través de los años surgió una gran cantidad de investigaciones y de casos que demostraban que no toda la comunicación masiva era hipodérmica y que hablaban de la importancia adquirida por las audiencias. Sin embargo, los cambios en el ecosistema de medios producido por la aparición de las redes sociales y el actual contexto socio-político crearon las condiciones para crear la tormenta perfecta en la que resurgió con fuerza el efecto hipodérmico.

Al igual que en  la transmisión de la Guerra de los Mundos en 1938 o el aviso de megatsunami a través de Whatsapp que causó pánico en Iquique el año pasado, el efecto hipodémico se produce cuando se combinan ciertas variables muy específicas. En primer lugar, el mensaje debe referirse a una emoción de carácter básico como miedo u odio, que ponga en peligro la integridad física de la persona o de su familia.

Desde el punto de vista de las neurociencias se necesita que los mecanismos de auto conservación del individuo se activen porque de esa manera se bloquean los controles morales y racionales propios de nuestra mente consciente.

En segundo lugar, se requiere que el mensaje esté directamente relacionado con la experiencia cercana, relativa a la vida cotidiana de la persona. Debe referirse a los temores que la naturaleza y el entorno socio-político le ofrece como amenazas en ese momento. Terremotos, tsunamis y desabastecimientos debido a huelgas, son amenazas reales para los chilenos en este instante, por lo que forman parte de este mapa neuronal que puede ser activado a través de un efecto hipodérmico.

Por último, el hecho de que el mensaje sea comunicado por familiar cercano o un amigo tiene un nivel de credibilidad mucho mayor, que en el caso de que  fuera realizado por una autoridad competente. La actual crisis ética que vive la clase política chilena no hace más que aumentar el efecto que tiene un mensaje comunicado por alguien con quien sí tengo un lazo de confianza.

Es por eso de que no debe llamarnos la atención la reacción de cientos de automovilistas, muchos de ellos padres de familia, educados y totalmente racionales, repletaran las bencineras de prácticamente todo el país por un mensaje de Whatsapp. Es más debemos acostumbrarnos a que este tipo de hechos se repitan cada cierto tiempo con mayor frecuencia.

 

 

Dr. Oscar Jaramillo C.
Profesor Investigador
Escuela de Periodismo
Universidad Mayor

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